martes, 8 de noviembre de 2011

¿A FAVOR O EN CONTRA? “La despenalización del Aborto”

El aborto, en Argentina, siempre fue un tema problemático y generador de grandes polémicas y debates, debido a la complejidad del mismo. En el presente texto expondré, brevemente, las dos posturas que prevalecen, a favor y en contra, del aborto y que con motivo de la eventual despenalización del aborto me pareció oportuno compartir.

A comienzos del mes de noviembre del corriente año se presentó, ante el Congreso, un proyecto de ley en el cual se plantea la despenalización del aborto. Esto ha generado grandes disputas y controversias entre los sectores que se proclaman a favor de la despenalización y aquellos que se encuentran en contra de él.

Efectivamente, el proyecto plantea el aborto no punible hasta las doce semanas de gestación del feto, lo que también fue y aún es motivo de controversias dependiendo de si entendemos que se es persona desde la concepción o desde el nacimiento.

Al comenzar a elaborar este texto, mi postura al respecto era firme y nunca me había detenido en los fundamentos que exponen los grupos que se proclaman a favor de la despenalización del aborto. Comprendí que estar a favor o en contra de aborto dependerá siempre de los diferentes derechos que se pretenda salvaguardar, así como de los valores, principios personales y las creencias de cada uno. Lo difícil será determinar cuál de ellos debe prevalecer: el derecho a la vida de la persona por nacer, el derecho a la disposición sobre el propio cuerpo de la mujer, el derecho a la integridad física y psíquica; o si realmente podemos concluir que uno de ellos puede llegar a ponderar sobre el otro.

Ciertamente, existe desde tiempos inmemorables, intereses contrapuestos al respecto. Fuertes grupos de presión pujan en defensa de las diferentes posturas, las cuales intentaré explicar brevemente en los párrafos posteriores.

Los defensores de la despenalización del aborto fundamentan su postura en la equidad y en la igualdad de derechos; entre ellos: derecho a la salud, a la integridad, a no sufrir discriminación, a la posibilidad de disponer del propio cuerpo, etc. Todo ello, con la finalidad de proteger los derechos y la vida de cientos de mujeres que mueren por día en la Argentina por someterse a intervenciones quirúrgicas clandestinas o por múltiples consecuencias que pueden padecer como resultado de las mismas, tanto en el orden psicológico como físico. En base a estos fines, proponen aumentar la educación en la población, sobre sexualidad segura y reproducción consciente, posibilitando así la legalización del aborto, reduciendo de manera significativa las connotaciones negativas que trae aparejadas el sometimiento a intervenciones y prácticas clandestinas, sin las condiciones de higiene necesarias a las que muchas mujeres se exponen con motivo del aborto punible.

Por otro lado, se encuentra la postura adoptada por nuestra legislación, que es la que enfatiza en que el aborto no debe ser legalizado por las consecuencias que esto acarrearía.

En la Argentina, el aborto se encuentra prohibido, salvo casos excepcionales contemplados en el Código Penal de la Nación, el cual preve que sólo podrá someterse a este tipo de intervención para "evitar un peligro para la vida o la salud" de la mujer o si el embarazo proviene de una violación a mujeres incapacitadas mentalmente. Estableciendo asimismo penas tanto, para la mujer que se la realiza como para quien realiza el procedimiento, clandestinamente.

Quienes se pronuncian a favor de ésta ultima postura, entre los que se encuentra la Iglesia, comprenden que la existencia de la persona comienza desde el momento de la concepción y que es desde ese momento en que se debe proteger uno de los derechos fundamentales, como lo es el derecho a la vida, tal como lo declara la Convención Americana de Derechos Humanos, y la cual fue incorporada a la Constitución Nacional con la reforma de 1994.

Ahora bien, personalmente luego de desarrollar brevemente las dos posturas mayoritarias que existen del aborto y teniendo en cuenta la latente posibilidad de que el mismo sea legalizado, quisiera a modo de conclusión expresar mi punto de vista al respecto.

Conforme lo expuesto hasta aquí, y siempre basándome en mis principios y conocimientos, no considero que nuestra sociedad esté preparada para la despenalización total del aborto, en la que no exista ningún tipo de restricción.

Considero que los fundamentos propuestos por los sectores que se encuentran a favor del aborto, no son del todo inválidos, aunque difícilmente pueda anteponer los derechos de una madre a los derechos del bebé en gestación, quien tiene derecho a nacer y a tener una vida, desde el momento mismo en que es concebido.

Este tema, tan controvertido, plantea gran dificultad cuando debemos pronunciarnos a favor o en contra del aborto, y quizás hasta genere gran confusión optar entre una u otra postura.

Reitero que siempre estuve en contra del aborto, sin embargo admito que el hecho de que el aborto se encuentre prohibido genera también muchos inconvenientes y resultados negativos para la vida de la madre o mujer que se somete a ese tipo de intervenciones clandestinas, o padecimiento de la mujer o niñas que con motivo de una violación quedan embarazadas.

Considero que debe prohibirse el aborto innecesario, ilimitado e injustificado. Sin embargo, el aborto practicado en personas que hayan concebido sin consentirlo, aún cuando medie una previa enseñanza sexual correcta, el mismo debe ser permitido legalmente por las circunstancias en que se produjo la concepción antes mencionada. Las causales, por las cuales actualmente el aborto no es punido, son escasas, dejando desamparadas o sin protección a mujeres y niñas en otros casos, como las violaciones o casos donde al no haberse establecido aún el grado de discapacidad mental que deben poseer estas mujeres violadas, muchas veces, tienen que someterse a un innecesario proceso judicial que llegado el momento de dictaminarse la sentencia, donde algunas veces se autoriza la interrupción del embarazo, ya se encuentra éste muy avanzado no pudiendo efectuarse, debiendo padecer entonces, durante todo ese proceso, la madre un embarazo no deseado en su condición psíquica; o a veces hasta arriesgar su vida sometiéndose a abortos clandestinos.

Sin embargo, para que esto pueda lograrse y podamos acceder a la posibilidad de la ampliación de las causales previstas por el código penal es necesario que se produzca un cambio en el que cada uno desde su rol social realice su aporte, ya sea desde el núcleo familiar, las diferentes instituciones del Estado y los docentes. Todo ello sujeto a un cambio positivo, necesario a nivel social, económico, político e institucional, concientizando a nuestra sociedad en salvaguarda de nuestros valores y del respeto por la vida. De modo que se pueda acceder a la práctica del aborto sólo por motivos excepcionales y de manera controlada. Apoyando entonces la despenalización, sólo si ésta fuera una “despenalización parcial”, por los motivos expuestos anteriormente. Siendo el aborto no punible la excepción y no la generalidad, de manera que se reduciría, significativamente, los aspectos negativos, producto de la practica clandestina.

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